¿Eres de los que aún no conoces las conservas Arroyabe? Sigue leyendo este artículo y descubre una de las mejores conservas españolas.
Decir “Conservas Arroyabe” es decir “tradición conservera”.
Ya en el siglo XIX, cuando se intercambiaban los productos de la meseta por los productos de mar del Cantábrico, don Rufino Arroyabe comerciaba con el pescado fresco en la meseta.
En 1898 decidió abrir una fábrica de conservas en su localidad de origen: Bermeo. La larga tradición conservera de la villa, anterior al siglo XVII, jugó su papel en el posicionamiento de la empresa y, aunque ya había una industria consolidada en la zona, esta empresa familiar rápidamente empezó a crecer, básicamente centrada en la conserva de bonito del Norte.
Arroyabe combina las últimas innovaciones con tradición artesanal: pasado, presente y futuro van aquí de la mano. Toda la plantilla cuenta con una amplia tradición conservera que hace posible que tanto la compra como la selección del producto, sea un proceso muy minucioso, y que el pescado sea mimado durante toda la producción.
Los productos Arroyabe son de calidad suprema, elegidos y trabajados uno a uno: un proceso centenario que aún en pleno siglo XXI garantiza la excepcional calidad de un producto en auge y cada vez más apreciado por los grandes gourmets.
El bonito
La pesca del bonito tiene lugar durante los meses de verano y se alarga incluso hasta noviembre. Es entonces cuando los pescados, durante su segundo año de vida, llegan al Golfo de Bizkaia.
Cada pieza es pescada una a una, con caña y anzuelo, lo que la hace una pesca totalmente sostenible con el medio ambiente y además permite seleccionar las mejores piezas.
El proceso de conserva del bonito comienza poniendo su carne cortada en rodajas en parrillas. Estas se introducen en agua y algo de salmuera y se procede a su cocción.
Una vez cocido y enfriado, se le retiran las espinas, la piel y las partes oscuras del tronco, y se introduce de forma manual en los botes de cristal, a los que se añade el aceite de oliva virgen extra ecológico y que finalmente son esterilizados para hacer la conserva óptima para el consumo humano.
El atún
Los atunes son pescados por buques atuneros mediante técnicas de cerco que son muy respetuosas con el medio y las otras especies ya que la pesca accidental de estas últimas no llega al 0,5%.
Como con el bonito, una vez evisceradas, las piezas se cortan para cocerlas con agua y un poco de salmuera. Después de enfriarse, manos expertas y curtidas en tradición les quitan la piel, las espinas y la grasa, y proceden a introducir uno a uno los trozos en los tarros de cristal, para después añadir el aceite de oliva, sellarlos y esterilizarlos.
Las anchoas
Cada año, durante la primavera, el bocarte o boquerón se acerca a la costa para completar su ciclo reproductivo. Es entonces la época de la “costera de la anchoa”, el mejor momento para pescarlas.
La pesca se realiza mediante el cerco de bajura, un arte de pesca considerado respetuoso con el medio marino y otras especies debido a su selección.
Los bocartes (ahora ya, anchoas) se ponen en latas manualmente, alternando una capa de pescado con otra de sal. Cien días después las piezas ya han madurado y han adquirido ese color rojizo y olor a mar característicos de las buenas anchoas.
Es entonces cuando las manos expertas de las sobadoras limpian, filetean, y se encargan de quitar las espinas de las anchoas para conseguir un producto de una calidad indiscutible.
Gourmetea, tienda especializada en productos gourmet
Directamente del productor a tu mesa
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.